La revista Ateneo pretende aportar una guía para quienes se interesen en temas culturales en su más amplio espectro. En ella se encontrarán aportes críticos e informativos en diversas áreas. Tampoco estarán ausentes la creación literaria y artística. No por abarcar mucho se navegarán aguas superficiales. “Ateneo” es emblema y bandera. Proveniente de Atenea, diosa griega de la inteligencia, el nombre remite también a un gramático griego del siglo III, autor de la obra conocida en español como El banquete de los eruditos. Ateneo se bautizó en siglos recientes a las reuniones de temas políticos, artísticos, o científicos, que aspiraban a encontrar, en medio de posiciones muchas veces antagónicas, caminos esclarecedores. A ambas acepciones apela el título de esta revista, para que la asista la diosa Atenea, pero también el espíritu de quienes participaron en reuniones “ateneístas” de diversa índole a lo largo de los siglos. Salto tuvo una intensa vida intelectual y artística a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Partícipe de ese impulso fue la institución “Ateneo”, cuyo edificio proyectaron un grupo de intelectuales y hombres de empresa, en 1889, y pudieron concretar con aportes de cuatrocientos socios, en 1895, casi tal cual hoy se lo encuentra, en calle Artigas a pocos metros de la plaza Treinta y Tres Orientales. El “Ateneo” salteño fue lugar de encuentro y debate de ideas, fue escenario de eventos teatrales, musicales y literarios y fue, finalmente y hasta hace unos pocos años, biblioteca. Hoy es uno de los lugares emblemáticos de la cultura de nuestra ciudad. A la connotación de esta institución también apela la revista con su nombre. Es deseable que en las sociedades exista un compromiso de superación que aliente la investigación y su divulgación; la presencia activa y atenta. La evolución de los medios de comunicación ha conducido a que adquiera una preponderancia desmesurada la inmediatez y la abundancia de información en desmedro del entendimiento de las causas y consecuencias de los actos, situaciones y declaraciones. Ateneo pretende situarse en la serena vereda del estudio. Conocer y evaluar el pasado para que el presente sea menos espectáculo diverso, sorprendente y fugitivo, que tiempo donde se desarrolle la capacidad creadora sobre bases fundadas. Conocer, no por exhibicionismo sino para satisfacer una necesidad espiritual; evaluar, no para sumar argumentos a una teoría, sino para cuestionar legítimamente las certezas, es la finalidad que se marca esta revista. Finalmente, enriquecer la mirada del mundo y la vida desde la pequeña ventana de nuestra ciudad y su entorno. Si Ateneo se conforma, fundamentalmente, con materiales y autores del departamento de Salto, no es por chauvinismo estrecho sino por convicción que hay temas de interés profundo que atañen a la ciudad y a la región. Y es bueno que una comunidad se piense a sí misma. El desafío de Ateneo incluye, como no puede ser de otra manera, su propia continuidad. El devenir de los requerimientos inmediatos transforma todo intento de perduración en una frágil embarcación. Pero de todos los viajes se alimenta el conocimiento, aún de los que insumen una sola jornada. Ateneo número 2 tiene la palabra.
Leonardo Garet
|