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Pueblo
Belén

Se encuentra ubicado en la zona noroeste del departamento de Salto, sobre las costas del río Uruguay, en la desembocadura del arroyo Yacuy. Se accede a ella por carretera secundaria desde los km 556 y 564 de la ruta 3, de la cual dista 10 km.
Monumento a los fundadores
Ubicado en plaza Constitución, representa a las personas que fueron trasladadas desde Soriano, Víboras y Paysandú, para fundar Belén el 14 de marzo de 1801. También allí está representado el lugar donde posiblemente fue asentado el antiguo poblado, donde se ve el dibujo de un fortín y aparecen dos más en zonas estratégicas de vigilancia, lugares altos, con buena visibilidad, posiblemente el poblado tuvo como referencia militar esos lugares. Además contiene una descripción de la cuenca hidrográfica de la zona, que fluye desde el río Uruguay y sus afluentes, Arroyos Yacuy, Palma Sola, Segovia, Pantanoso, Boycuá y Río Arapey. Sin dudas, este monumento conforma una réplica de la fundación de Belén.

Fundación
“Su misma fundación es ejemplo de inigualable heroísmo; es grandeza, es audacia, fuerza de voluntad de aquellos patriotas, que todo lo daban por su libertad.
Y había de ser un “blandengue” el Jefe de la expedición y fundador de ese pueblito de nombre bíblico: BELEN. Año 1800, cuando los hombres de América empiezan a soñar con sacudir el yugo de la esclavitud. Y surge así la idea de fundar ese pueblo, que serviría de base para futuras operaciones”.
(Bernabé Ballista, Rumbos. Breve historia de una vida heroica, Salto, 1953.)
“Belenense” es el gentilicio utilizado para designar a sus pobladores, los que también son conocidos popularmente como “sabalitos” y “abrojeros”, debido a la abundancia de ambos en la zona.
Evolución demográfica
1908 |
1963 |
1975 |
1985 |
1996 |
2004 |
2011 |
1994 |
2622 |
2121 |
1882 |
2023 |
2030 |
1926 |
(Fuente: INE)
Lista de los vecinos pobladores de Belén según consta en nota de Don Jorge Pacheco
"Pedro Benavides, Franco Barrios, Alejo Godoy, Antonio Rodas, Pascual Mongelós, Gervasio Sequeira, Antonio Pereira, Germán Quintero, Juan M. Mancilla, Luis Sosa, Silvestre Ávalos, Sebastián Deratucá, José Cecilio Ferreira, Bartolomé Escobar, Juan Díaz, Juan de la Cruz Falcón, Hilario Godoy, Andrés Vasqués, Juan Barrios, Juan de la Cruz Gómez, José Méndez, Clemente Cayutaré, Vicente Baliñas, Felix Cubí.
Villa de Belén Septiembre 18, de 1805 Jorge Pacheco”

Museo Histórico Nacional, Casa de Lavalleja, Biblioteca Pablo Blanco Acevedo, Colección de documentos Pablo Blanco Acevedo Tomo 129.
(Historia de los Pueblos Orientales, Aníbal Barrios Pintos)

Municipio de Belén
Creado por ley 18.653 del 15 de marzo de 2010, Belén es uno de los seis municipios del departamento de Salto, y tiene como cabecera a la localidad de Belén. Se ubica al noroeste del departamento. Limita al norte con Artigas, al oeste con la República Argentina, y al sur con el municipio de Constitución.
Su territorio comprende el distrito electoral JDE de Salto. También forma parte de este municipio el área conocida como Chacras de Belén.
Origen e Historia de Pueblo Belén
“Siendo gobernador de Montevideo el Brigadier José de Bustamante y Guerra; y encargada la tarea al Capitán de Blandengues Jorge Pacheco, se procedió a la fundación de Belén el 14 de Marzo de 1801, poniéndolo bajo el patrocinio de la Santísima Virgen María. En su origen se le denominó “Villa de la Virgen Santísima Nuestra Señora de Belén”. En una zona de chacras que actualmente se conoce como La Azotea, se procede al delineado, deslinde y amojonamiento del terreno. Ningún pueblo se fundó con más recursos en la época, contando con tierras fértiles, ganado suficiente y lugares para explotar las riquezas de la naturaleza.
(…) Se enclavó el pueblo cercano a la barra del arroyo Yacuy en el Uruguay, al norte del arroyo Boycuá, dividiéndose en quintas y chacras y un ejido para que pasten animales de labor, servicio y abasto; para montes de leña y en estanzuelas para la cría de ganados, entregándose a cada poblador herramientas de labranza. Fue destinado a cada poblador un solar espacioso para edificar casa, patios y corrales, cuidando la simetría y el ornato para dar duración y firmeza a los edificios, formándose la plaza en un cuadro de amplia visibilidad y en el mejor lugar; todo esto acompañado del trazado rectilíneo de calles, de modo que puedan gozar de los vientos NE-SW y SW-NE para hacer más agradable la vista y entradas del pueblo. Alrededor de la plaza se agrupó el principal núcleo de edificios: la comisaría, las dos escuelas –una para niñas y otra para varones- y la iglesia; así como las casas de comercio.
La falta de vías de comunicación, el cercamiento de los campos, un río no navegable por el impedimentos de los saltos de agua y posteriormente la dificultad de acceso a la línea del ferrocarril noroeste, fueron importantes dificultades para Belén. Todo esto lleva inexorablemente a que las chacras vayan pasando de manos de sus labriegos originales a los grandes estancieros, transformando la chacra rural en reserva de pasturas naturales para alimentar ganado.
Al iniciar la marcha hacia el norte, José Gervasio Artigas y sus seguidores cruzan el Río Uruguay a la altura del Salto Chico, para establecerse en Entre Ríos, en el Campamento del Ayuí. Durante catorce meses, sufren toda clase de privaciones y miserias, donde a Belén le corresponde un rol fundamental, ya que será desde allí que será enviada toda clase de ayuda posible, así como el apoyo necesario para alimentar a un pueblo en marcha”.
(Historia de los Pueblos Orientales, Aníbal Barrios Pintos).
 Libro sobre la historia de Belén publicado en 2001
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Tomás de Rocamora decribe Belén
“Una correspondencia del comandante Tomás de Rocamora al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, de fecha 26 de abril de 1810, brinda un panorama sombrío de la villa y sugiere el establecimiento de una población en el Rincón del Corralito, doce leguas aguas abajo de ese punto donde, en su opinión, "se conseguiría un Puerto despejado, útil a toda esta Banda Oriental del Uruguay, que no lo tiene"; al que, por tal motivo, concurriría vecindario.
Al respecto, decía Tomás de Rocamora: "Reducida esta población de Belén con nombre de Villa, a 17 ranchos habitados, y 7 yermos inhabitables, que he visto en el día, después de diez años y de mucho caudal expendido por la Real Hacienda, para su fundación y subsistencia, manifiestan sin dudar los inútiles temáticos esfuerzos de los apasionados a sostenerla, a fuerza de intimidar a sus habitantes. A la verdad, Sr. Excelentísimo, los obstáculos que de una parte ofrecen los Saltos del Uruguay. impidiendo las Exportaciones por este gran río, y por la parte de tierra la gran barrera del Arapey rara vez vadeable, debieron mirarse siempre como obstáculos insuperables contra la violenta colocación de aquellos Pobladores en este mismo punto, faldas de la Sierra, propias para Estancias y cría de ganado, pero negadas al plantío, cultivo y sembradío, por ser un terreno negro y gredoso y arenisco tan agrio, que ni aún para embostar los ranchos sirve, porque luego se agrieta y cae, como manifiestan todos los insinuados ranchos que tengo a la vista. De suerte que, atendidos en general a la recogida de los ganados orejanos de la Campaña, hacen receptáculo las que ellos llaman sus Estancias, donde o los benefician, o los trasponen a los Portugueses, sin que pueda notarse por la inmediación a ellos a que se colocaron.
Insiste además contra esta locación el pesado gravamen de pagar tres pesos, a veces más, por el pasaje de cada carreta a la otra banda del Uruguay y ocho pesos por el acarreo desde allí hasta el punto de la exportación."
Agrega Tomás de Rocamora que en la población de Belén se hallaban muchos portugueses en calidad de vecinos, "algunos de poco tiempo a esta parte y todos dispersos por el Campo." En su opinión, convendría internarlos o extrañarlos, dadas las circunstancias políticas de la época.
El virrey Cisneros consideró lacónicamente que "por ahora no se considera conveniente hacer novedad". En setiembre de 1810 la Junta de Mayo eligió por juez comisionado en la villa de Belén, a Andrés de Lezcano.
Con posterioridad a la victoria de las fuerzas artiguistas en San José, el 25 de abril de 1811, en la alborada triunfal de la revolución, los prisioneros españoles fueron enviados hacia la Capilla Nueva (actual Mercedes). Al llegar a destino, José Rondeau, que había quedado al mando de la tropas, determinó que quedasen allí los prisioneros que eran vecinos de San José y el Colla (hoy Rosario) y que sólo habían de ser trasladados a Buenos Aires los ochenta hombres que habían entrado en San José "haciendo fuego", los que estaban custodiados por ciento sesenta soldados.

Desde Paysandú, lugar por donde debían pasar el río Uruguay los prisioneros, se dirigieron el 13 de mayo a Belén al tener noticia de que por aquel destino se hallaba un corsario de Montevideo, arribando a la villa el día 16.
El comandante de la escolta teniente de "Milicias Patrióticas" Francisco Redruello, ordenó que en Belén fueran pasados la mitad de los prisioneros a la banda occidental del Uruguay. Importa señalar que los días 11, 12 y algunas horas del día 13, Paysandú estuvo momentáneamente en posesión de las fuerzas patriotas. Belén se había incorporado en la primera hora de la insurrección oriental a la misma, en marzo de 1811.
Según el Diario llevado por uno de los prisioneros, el sargento de infantería Esteban Rodríguez, los que quedaron en Belén se sublevaron el 27 de mayo, aprisionando a los guardias y se dirigieron desde allí al campamento de los portugueses establecidos en los cerros de Bagé, donde se hallaba el capitán general Diego de Souza. Desde Río Grande regresaron por vía marítima a Montevideo, llegando a dicha plaza, que se hallaba sitiada el 7 de setiembre.
La Junta Provisional Gubernativa le otorgó a Redruello, el 12 de junio de 1811, el grado de Capitán de Milicias de la Banda Oriental, pero cinco días después ordenó se le arrestara y sumariara, al tomar conocimiento de la fuga de los prisioneros españoles. Morirá heroicamente en defensa de Paysandú y de la revolución oriental el 30 de agosto de 1811, ante el ataque de las fuerzas portuguesas de Bentos Manuel Riveiro y del ayudante Manuel Carvalho.
Cumpliendo órdenes del teniente coronel Juan de Dios Mena Barreto, el sargento mayor del llamado Ejército Pacificador Manuel de los Santos Pedroso comenzó desde agosto a patrullar los pasos del río Uruguay. El 17 de ese mismo mes llegó a la villa de Belén, donde se estableció con sus tropas auxiliadoras.
(Historia de los Pueblos Orientales. Aníbal Barrios Pintos.)
Incendio y desaparición
Un decreto de fecha 23 de enero de 1835, dispone que todas las tierras situadas entre el Río Uruguay y los arroyos Yacuy y Arapey Chico -comprendidas en la extensión que demarcan las nacientes y confluencias de éstos en el primero- se destinen a chacras y campos de pastoreo. Se dispone además el gozo del usufructo en su total beneficio a toda persona que se ubicara en dicho territorio, con lo que se pretendía fomentar el asentamiento de la población en la zona, con la exigencia de que transcurridos ocho años, se debía pasar al Estado una pequeña cuota a modo de arrendamiento, adjudicándose además a cada vecino un solar dentro del predio propiamente urbano.
Para realizar esta tarea fue autorizado el General Fructuoso Rivera, quien desde el 29 de octubre de 1834 -a los cinco días de terminado su mandato presidencial- fuera investido como Comandante General de la Campaña, resultando de ello su destacada actuación tanto en la reorganización de Belén como de su triunfo en batalla ante Juan Manuel de Rosas. Así, Rivera estará vinculado tanto a la construcción como a la destrucción del pueblo.
A finales de la década de 1830, el enfrentamiento entre Rivera y Rosas lleva a que este último lance sobre nuestro país un poderoso ejército compuesto en su mayor parte por orientales opuestos al régimen vigente, quienes al ser derrotados y teniendo que cruzar el Uruguay para regresar a guarecerse en territorio argentino, son enterados de que una fuerza gubernista estaba acampada en Belén. Es así que en la noche del 17 de enero de 1840, cruzan el río y sorpresivamente atacan la población, terminando con la ejecución de las tropas riveristas y pobladores de Belén, saqueando e incendiando en forma total el pueblo, el que desapareció completamente.

El 19 de marzo de 1839, don Manuel Oribe decide entregar la tierra que se había dispuesto colonizar a un solo propietario: don Juan Antonio Lavalleja.
Durante el período del “sueño” de Belén tuvo lugar la Guerra Grande, permaneciendo el país en una era de estancamiento total. Finalizada la misma y hacia fines de 1852, un grupo de ciudadanos forman la “Sociedad de Población y Fomento”, cuyo principal objetivo es la reorganización de las colonias agrícolas a lo largo y ancho de nuestro territorio. Rechazado su apoyo, la Junta Económica de Salto manifiesta no necesitar ayuda ajena para poblar su ejido; olvidándose que a ocho leguas al norte se encuentra Belén en estado miserable, sin más vestigios de su existencia que sus ruinas y viejos cementerios. Mientras en el resto del territorio, los centros poblados adquirían preponderancia y progreso a instancias de esta obra de colonización.

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Restablecimiento
Entre enero de 1840 y hasta el 5 de mayo de 1862, siendo presidente don Gabriel Antonio Pereira, por decreto hace arreglo con la testamentaría de Juan Antonio Lavalleja, para proceder al restablecimiento del Belén.
Durante el breve gobierno de Bernardo P. Berro, con fecha 5 de mayo de 1862 se dio el decreto autorizando al Poder Ejecutivo a hacer efectivo dicho proyecto en zona comprendida entre los arroyos Yacuy y Boycuá y el Río Uruguay.
Los trabajos en procura de la Reconstrucción se inician en 1867, durante el gobierno del General Flores. El decreto comienza expresando:
“Ministerios de Gobierno, -Montevideo Octubre 12 de 1867-
Siendo urgente hacer efectiva la creación del Pueblo de Belén dispuesto por resolución del 12 de enero de 1800 y considerando que no satisface ésta las necesidades de la actualidad, el Gobierno Provisorio de la República, acuerda y decreta:
Art.1º- de las seis suertes de estancias que entre el río Uruguay y los arroyos Yacuy y Boycuá devolvió al Estado la sucesión del General Juan Antonio Lavalleja, se destinan…”.
Es así que por decreto entregado al Comisionado del Gobierno Sr. Coronel don Gregorio Castro, se definen fraccionamiento y destinos de las tierras, amojonamiento y deslinde, a cargo del agrimensor don Ángel Galina; con lo que se dispone el restablecimiento de Pueblo Belén. Los trabajos de mensura finalmente quedan a cargo del agrimensor Demetrio Isola, iniciando los trabajos de deslinde y amojonamiento de la planta urbana, compuesta de doscientas manzanas de las que se dispondrán tres para plaza pública, un terreno para cementerio (actualmente existente) y oficinas públicas sobre la Plaza Constitución.
Flores y su promesa de reconstrucción
Hacia 1858, radicado en Entre Ríos, el General Flores promete a los orientales refugiados y en la miseria, reconstruir Belén y darles allí un sitio que les permita regresar a su patria y vivir en el pueblo del que fueron arrancados.
Es así que más tarde, al ser investido como Presidente, determina -por decreto del 2 de octubre de 1886- la reconstrucción del pueblo, pero a su muerte la iniciativa queda olvidada.
El progreso se desvía de Belén
Por obstáculos que la topografía del lugar le impone, Belén ha vivido casi toda su existencia aislada de las demás poblaciones. Al norte el Yacuy y al sur el Arapey y sus tributarios, se tornaba imprescindible que el pueblo fuera ayudado por la mano del hombre, dado su apresamiento entre dos caudales, siendo obstaculizada su salida por el Río Uruguay debido a los accidentes de Salto Grande y Salto Chico. Por la necesidad de unir la zona norte del país con el resto del territorio, se procede al tendido de las vías del ferrocarril, uniendo las localidades de Salto y Santa Rosa (hoy Bella Unión). Por razones técnicas, una vez más se hace a un lado a Belén, perdiendo otra gran oportunidad para alejarla del estancamiento.
La Comisión Auxiliar
Contar con autoridades departamentales era algo que, a través de la Contaduría General de la Nación, puso especial énfasis el gobierno de Latorre.
Es así que durante 1884 la Comisión queda instalada, tomando como cometido hacia diciembre de ese año, construir un local destinado a escuela de varones en un predio frente a la plaza. El 1º de mayo se reunía la Comisión Auxiliar y el pueblo, con motivo de hacer entrega del local escolar, que constituía uno de los primeros y mejor dotados de los edificios públicos. Se procede a inaugurar oficialmente la escuela. Finalizando diciembre de 1884, por efecto de un violento ciclón fue destruida la escuela a escasos ocho meses de haberse dado por finalizada su construcción, la que contaba con un importante alumnado del pueblo y del departamento de Artigas, recientemente creado por ley del 1º de octubre de 1884.
Los acontecimientos revolucionarios de 1886, representaron un nuevo obstáculo en el camino hacia el progreso, ya que sus pobladores, arrastrados por la contienda, nuevamente abandonan sus hogares.
Las Islas de Belén
En jurisdicción fluvial de los actuales departamentos de Salto y Artigas, existen numerosas islas y la posesión de las mismas por parte del gobierno se lleva a cabo en 1896, durante el gobierno de Idiarte Borda.
Entre estas cabe destacar, Salto Chico y grupo de tres islas que formaban Salto Grande: El Herrero, Indio y Redonda; frente a Belén, Arenillas y Belén, y en jurisdicción del departamento de Artigas las de Gaspar, Las Vacas, El paredón, Itacumbú y Padre.

La isla Arenillas tenía la particularidad de no anegarse y contar en su parte más alta con un monte, por lo que en épocas de revolución y destrucción sirvió de refugio a un gran número de belenenses. Existieron también, otras islas bajas e inundables bajo vigilancia de los pobladores de Belén.
Todas las islas quedan sumergidas cuando se llena el embalse de la represa en 1979.
Belén y la escuela para adultos
Cada guerra y alzamiento constituía para Belén la pérdida de lo poco que conquistaba el pueblo en el corto período entre una revolución y otra. Movidos por lo que ocurría a nivel nacional, en 1897 y por iniciativa de un grupo de vecinos, se funda en Belén una escuela para adultos, atendida por un vecino de apellido Quiñones, la que llegó a tener 49 alumnos. Pero su labor se ve interrumpida por la acción de un levantamiento al mando del coronel Tezanos y del sargento Isasmendi. Desde Argentina desembarcan en las costas de Colonia, avanzan hacia el norte y el 17 de febrero marchan con todos los alumnos, obligando a los comerciantes a hacer entrega de todas sus existencias y apropiándose de todos los caballos de la zona. Esta intentona fue rápidamente sofocada por el 4º de Cazadores al mando del coronel Pacheco y a los pocos días ya estaba nuevamente en funciones la escuela de adultos de Quiñones.
Belén, los impactos de la Represa y el Plan BECON
Plan NORIONE: es un plan creado en el año 1975 con el objetivo de unificar los departamentos al norte del Río Negro en el estudio, evaluación y propuesta de la problemática de la región. Anuncia que serán seiscientas cincuenta y dos las viviendas afectadas por el embalse de Salto Grande; doscientas en Belén y cuatrocientas en Constitución. Expresa además, que luego de los estudios realizados se ha concluido en que estos poblados deben quedar en sus emplazamientos originales. Resultado de ello, en 1976 y en la esfera del Ministerio de Obras Públicas, se crea el Plan BECON, que tendrá a su cargo todo lo concerniente al emplazamiento y construcción de las nuevas viviendas que sustituirán a las que serán anegadas por la creación del embalse. Previo a ello se procede a la expropiación de las tierras que serán inundadas como así también aquellas en las que se construirán las nuevas casas. Comienza la deforestación (por parte de la Escuela Técnica) de las islas de Salto Grande así como también de los montes de la ribera del Uruguay.

Como resultado de ello se crea una comisión vecinal con el cometido de dar apoyo y colaboración para la realización del Plan BECON, comenzando con la construcción de las viviendas prototipo de las que sustituirán a las anegadas, red de agua potable y lumínica y trazado y afirmado de las nuevas calles. Las primeras viviendas son entregadas en 1979.
De acuerdo con el plan, en 1978 la empresa STILER se encarga de la realización del saneamiento y las nuevas calles.

En 1979, a consecuencia del llenado del embalse y consecuente suba del nivel de las aguas, la ruta 3 se corta en varios puntos, quedando fuera de servicio el puente Yacaré sobre el arroyo Itapebí y el Ceibalito cerca de Constitución. Transcurrido el tiempo, el puente Tacuabé queda fuera de servicio, siendo sustituido por modernos puentes en el nuevo trazado de la ruta.

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Las trincheras

Siguiendo por la ruta 3 vieja (Fulton) 1 km al sur, se encuentran las históricas trincheras, que constituyen un punto estratégico desde donde se pueden visualizar varios kilómetros a la redonda. Debido a la erosión se puede apreciar una excavación en forma de anillo tronco-cónico. Están rodeadas por el Yacuy al norte, Boycuá y Arapey al sur y Uruguay al oeste.
Se cree que estas trincheras sirvieron de resguardo para los nativos en defensa de los matreros y portugueses, aunque no existen documentos que lo certifiquen.
Tomadas por la abundante vegetación y con claras muestras del paso del tiempo, a lo que se le suma la mano del hombre, las trincheras están ahí, como un testigo mudo de la rica historia de este pueblo.

Personas vinculadas a Belén que figuran en el nomenclátor de la localidad
Luis H. Acerbis: caudillo del partido colorado nacido en Belén en 1922, fue un importante comerciante, presidente de la Junta Local durante trece años.
Fue una persona muy querida en su pueblo, por su carisma y su disposición a ayudar al pueblo. En el período en que presidió la junta, se bituminizaron varias calles, se instaló el abasto local y se creó la biblioteca Héctor Rivas.
Muere el 2 de abril de 1998 y en su memoria, la sala de sesiones de la Junta Local, hoy sede de la Alcaldía, lleva su nombre.
Carlos Álvarez Sánchez: Español de nacimiento y médico de profesión en su país de origen, comienza a atender como médico en la policlínica de Belén, con un cargo en la policía, debido a que su título no había sido regularizado. Recordado como un gran filántropo, contribuyó a mejorar la calidad de vida de los pobladores.
Yamandú Arburúas: Nacido el 16 de octubre de 1928, fue dirigente de la Asociación Agropecuaria de Salto (1966-1972), tuvo actividad comercial, durante 38 años al frente de ASA, una renombrada empresa automotora entre 1950 y 1988. Incursionó en política partidaria, en filas del partido nacional y fue delegado de Uruguay en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande entre 1992 y 1993. Desde su cargo impulsó la electrificación rural, conjuntamente con UTE y el BROU. Todas las necesidades individuales y colectivas de Belén pasaban por él.
Muere el 7 de mayo del año 2000.
Nicolás Balbela (hijo): Comerciante de Belén, que donó el predio donde se encuentra el gimnasio local. El que es utilizado para la práctica de deportes, realización de conferencias, concentraciones y festivales y que fuera inaugurado en 1978, cuyas paredes lucen murales ideados y realizados por jóvenes del lugar.
Fue embajador en Paraguay, cónsul en Portugal y presidente de la Comisión Pro-Fomento Escolar y de la Sociedad Fomento del Trabajo. Ex Juez de Paz en el pueblo, contribuyó a su progreso en el litoral.
Su hija Jacinta Balbela de Delgue, también nacida en Belén, fue la primera mujer que integró y presidió la Suprema Corte de Justicia de nuestro país, en pleno goce de las instituciones democráticas.
La iglesia católica en Belén

Si bien no hay registros de cuando se instaló la iglesia en Belén, se sabe que en el año 1958 se construyó el nuevo edificio ubicado en el predio contiguo a la comisaría frente a la plaza principal. Este edificio se construye para sustituir el antiguo que era de madera y del cual sólo quedan hoy las campanas, una de las cuales se instaló en el campanario y la otra está dentro de la capilla en exhibición.
Un dato curioso es que dicha parroquia pasó a pertenecer a la parroquia Nuestra Señora del Carmen a partir del año 2013, ya que antes dependía de Bella Unión.
Dentro del edificio podemos encontrar también una imagen de Cristo crucificado realizada por el escultor lugareño ya fallecido Daniel Costa Rosa, quien a su vez realizó también el monumento ubicado en la plaza principal así como la Cruz Mayor.
La Escuela Industrial
El 19 de diciembre de 1965 abre sus puertas la Escuela Industrial, no oficializada, como resultado de un arduo trabajo de una comisión de vecinos.
Su primer director fue Enio Paiva y los cursos que allí se dictaban eran: carpintería, corte y confección, mecánica automotriz y cocina.
A partir del año 1978 y ya ubicada en su local actual, la UTU cuenta también con ciclo básico donde actualmente se concentra la mayor cantidad de estudiantes de ese centro, siendo un total de 148 alumnos.

Belén hoy
Hoy, con más de 200 años, encontramos un pueblo cuya población -según el censo de 2011- alcanza a 1926 habitantes, con emprendimientos laborales pequeños, y de mediana importancia futura en el desarrollo turístico.
Centros de enseñanza y asistencia médica, servicios de OSE, UTE y ANTEL. Tiene un centro MEC inaugurado el 9 de agosto de 2008, cuya sede está en la biblioteca municipal. Lugares de recreación: zona costera, Gimnasio Municipal y Parque Gabinito.
Parque Gabinito
Inaugurado en abril del año 2000, este lugar le debe su nombre a Gabino Cabrera, habitante de la zona con rasgos indígenas quien vivió en una cueva que había adaptado para tal fin, hasta que al construirse el embalse de la represa de Salto Grande debió abandonar el lugar.
Actualmente el Parque Gabinito cuenta con batería de baños con duchas, lavandines, zona de camping, parrilleros con luz y agua, quincho y barbacoa. También con una plaza de juegos infantiles, un muelle y el ruedo. En dicho espacio se realizan todo tipo de eventos, desde festivales criollos hasta competencias deportivas.
Anualmente, entre los meses de octubre y noviembre se realiza el festival “Compartiendo Tradiciones”, con el fin de recaudar fondos para el mantenimiento del parque. Dichos fondos son administrados por la Comisión de Apoyo.

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Todo cambia
Por Alcides Flores

La de mi niñez fue una época inolvidable, aunque sencilla y a pesar de que alguna situación económica a veces nos apremiaba, fue maravillosa. 1967 Concurrí a la escuela N° 6, hoy se llama “Mtra. María Catalina Hernández” y sin ser un niño ejemplar no repetí ni un año.
1974 Hice los cuatro años en la Escuela Industrial y ya no tuve posibilidad de seguir, era lo máximo que se podía estudiar en Belén.
En ese periodo muchas personas del lugar, fueron detenidos por los militares y llevados presos acusados de sediciosos donde algunos pagaron de entre 2 a 6 años de penitenciaría.
Era tradicional por aquellos días y como cosa de tradición algo consubstancial con el espíritu del pueblo que el corso o desfile de carnaval que se realizaba en la Av. Dr. Álvarez Sánchez fuera presenciado por casi todo los pobladores, donde muchas personas participaban de las murgas, con el destaque del popular “Coliya” haciendo de las suyas y con la presencia del Marqués “Trifón” que engalanaba la fiesta.Y era esto tan de tradición, que en torno a ello se creó un rico florilegio de canciones y un copioso refranero que abarrotó el "folklore" local. La participación de los más jóvenes se daba a través de disfraces que escudados en ellos aprovechaban para bromear con los espectadores conocidos y después cuando finalizaba el corso todos se encontraban en el baile que era organizado por uno de los clubes de fútbol que tenía pista; Juventud Unida, Nacional o Sportivo Belén. Algo importante para remarcar; a nadie le preocupaba dejar la casa sola por aquellas horas. Había respeto por lo ajeno.

Nuestro lugar de encuentro siempre fue la plaza principal, donde los más jóvenes nos organizábamos para hacer algún Cócktel Bailable para divertirnos, principalmente los fines de semana, aunque a veces debíamos soportar la orden policial de no permanecer en grupo, época del régimen militar, entonces la expedición se dirigía al bar de Lulo que apenas cerraba nos adueñábamos del local con sus hijos; Nelson (Ñoco), Luis y José a jugar al billar hasta hartarnos. A veces se armaba guitarreada y cada uno interpretaba canciones del momento acompañado por la guitarra de Luis (el gordo). A mí me salía bien "Canción de las simples cosas", que era una de las canciones que estaba de moda en aquel momento.
Después, como muchos jóvenes del interior decidimos marcharnos a la capital en busca de nuevos horizontes, a conocer otros lugares y en busca de una oportunidad laboral distinta. Antes de emprender el viaje a Montevideo con otros tres compañeros; Carlos María Aramburu, Luis (Cacho) Santana y Wilson Ferreira, sabíamos del cambio que se avecinaba, ya era notorio el movimiento de camiones que circulaban por las calles cargados de materiales y obreros en la construcción de las viviendas de BECON para las familias que serían afectadas por el embalse de la represa.
La gran ciudad Capital nos recibió con calles repletas de autos y ómnibus que circulaban a grandes velocidades, un mar de gente que caminaba por la vereda de la avenida 18 de Julio y grandes edificios con galerías a los que no estábamos acostumbrados. La puerta de la Ciudadela, la plaza Independencia y el palacio Salvo nos esperaban para sorprendernos y hasta era motivo de risa la ignorancia nuestra, como cuando Carlos nos preguntaba que era aquello, refiriéndose a un buzón del correo en la vereda. El teléfono monedero se transformó en nuestro atractivo y pasatiempo, la agencia de la ONDA en la plaza Cagancha fue nuestro punto de encuentro.
Quiero volver a referirme a los militares que llevaron presos a varias personas, quiero aprovechar para levantar una bandera imaginaria en defensa de la inocencia, en contra de la injusticia y el atropello cobarde; entre los que fueron llevados detenidos iba un joven que todos conocían y que a lo sumo su delito más grave fue juntarse con otros para pegar afiches. Rodolfo Abel Dematté Mulhethaler, era un joven de 27 años de Belén, que en ese entonces jugaba en el Club Nacional de Salto, fue llevado por error a la Cárcel de Libertad por los militares y devuelto en un cajón de madera que no dejaron abrir. Nunca nadie, ningún libro de historia de los tupamaros se refirió al tema. Nadie se hizo cargo, ni los defensores de Derechos Humanos, ni Amnistía Internacional, ni los militares, ni los Gobiernos de éstos últimos treinta años de democracia, nadie.
¿Por qué? Sencillamente porque él no había hecho nada, era inocente y como toda persona que no ha hecho nada, no tenía nada para decir aunque lo obliguen. Lamentablemente a este muchacho lo torturaron y falleció sin que le prestaran asistencia médica.
1979. Se conformó el lago-embalse y la primera de las 14 turbinas comenzó a generar energía eléctrica. Préstamo del BID mediante, la obra demandó una inversión superior a los 1.000 millones de dólares, de los cuales un 60% se utilizó para obra y un 40% para la instalación de las líneas de transmisión electrica. En la Declaración conjunta, en el acto Oficial, los presidentes Jorge Rafael Videla (Argentina) y Aparicio Méndez (Uruguay) se recogió tales expresiones “Es un hito de importancia esencial en el camino para alcanzar el gran objetivo de integración Latinoamericana…desde éste momento Argentina y Uruguay se ahorrarán en conjunto unos 120 millones de dólares anuales que, de no existir Salto Grande, se debería gastar en la compra de combustible.”
1980. El destino nos llevó por distintos caminos, abandonamos la pensión de la calle Piedras, entonces fui recibido por mi tía Laura, que vivía en el apartamento 101 del edificio Sol y Mar (José M. Roo e Ibicuy), que había recibido carta de mi madre donde le indicaba que yo estaba en la capital. Después de dos años de mandar y recibir cartas mensuales, que era la forma de comunicarnos que teníamos con mi madre y amigos, terminó mi rodar y probar cuanto trabajo se me presentaba y decidí regresar a mi pueblo.Vitoreada en silencio como un triunfo en el trayecto del viaje y deseaba llegar a casa. A las ocho de la mañana del 22 de Febrero de 1980 descendí de la Onda en la agencia de Belén. No podré nunca olvidar la alegría de mi madre al recibirme.

Me impactó el cambio. El pueblo no era así. Antes del embalse de la represa de Salto Grande (1979), no existía este lago que inundó todo cuando no estábamos y al que nos cuesta hasta hoy acostumbrarnos, se nos quedó en la memoria aquellas hermosas playas naturales de grandes arenales, las islas cercanas a las que se llegaba caminando resistiendo la correntada con el agua por la rodilla. Zona de abundante arena rubia, donde muchos pobladores aprovechaban para hacer su acarreo para construir sus casas. Montañas de piedra negra donde era el hábitat natural de muchas especies de aves y animales acuáticos. Antes del lago, era muy común ver, principalmente con las crecidas, las balsas que pasaban transportando maderas desde Brasil rumbo al sur y en alguna oportunidad aprovechando que grandes árboles eran llevados por la corriente se veía a monitos montados cómodamente en su viaje a nuevas tierras.
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Hasta hoy se pagan las consecuencias; la calidad del agua ha cambiado, de clara y transparente a turbia y amarronada, existe dificultad para pescar por la escasez de peces, la mayoría de las especies han emigrado aguas arriba. Los montes naturales que servían de lugar de supervivencia de muchos animales ya no existen. También la gente del pueblo aprovechaba para llevar leña para calefaccionarse en las crudas noches de invierno o simplemente para preparar la comida caliente para sus hijos ya que era un único medio de energía posible y fácil de conseguir.
La toma (la bomba) de OSE, donde a través de caños de gran diámetro llevaba el vital elemento para abastecer al pueblo de agua dulce quedó clausurada. Hoy OSE suministra el agua a la población proveniente de un pozo semisurgente que es agua muy salobre que no se puede beber por su alto olor a cloro y también genera dificultades a las amas de casa cuando quieren lavar la ropa y no consiguen enjabonarla.

La plaza de deportes ya no existía, la que era completa, contaba con hamacas para grandes y chicos, paralelas, toboganes, aparatos para gimnasia de todo tipo y canchas de basketbol, de tenis, lugares para practicar salto largo, lanzamiento de bala y otros. Toda la manzana que abarcaba la plaza fue destinada para construir viviendas, dejando a cambio solamente un gimnasio que hoy es usado como Local Bailable.
También este cambio perjudicó notoriamente la conectividad vial ya que se construyó la ruta nacional N° 3 (Gral. Artigas) a mayor distancia, llevándola 11 kms. más al este, lo que hace que el acceso sea nulo de los que pasan por dicha arteria. Agregado a eso, la frecuencia de las líneas de ómnibus ahora son escasas. Antes estaba la ONDA (Organización Nacional de Autobuses) cuya agencia estaba instalada en el Bar “El Satélite” de Ernesto Arzaguet, frente a la plaza Artigas, que tenía tres viajes diarios de Salto a Bella Unión y hacía su parada obligada en Belén para ascenso y descenso de pasajeros, pero también para que aquellos que seguían viaje y aprovecharan para saborear las ricas milanesas al pan que allí se vendían. Era así de sencillo, cualquier persona podía ir a la Barra Do Cuaraí a traer su surtido para la semana, solo tenía que disponer de la mañana, saliendo a las ocho y para el mediodía ya estaba de regreso.
No puedo dejar de mencionar al único Cine y Teatro que existía en ese momento “El Progreso” de Martín Berguñán, donde se proyectaban películas los fines de semana, con episodios continuados, lo que de cierta manera invitaba a los concurrentes a no perderse el próximo capítulo.
1983. Se puso en funcionamiento el último hidrogenerador y de esta manera quedó oficialmente inaugurada la Obra Binacional de Salto Grande. Se dijo:“ El Complejo Binacional fue diseñado como una obra de múltiple propósito, ya que, además de interconectar los sistemas eléctricos de los dos países, permitirá mejorar las condiciones de navegabilidad del río Uruguay, vinculará las redes ferroviarias de los países de la Cuenca del Plata y contribuirá a un óptimo aprovechamiento de los recursos naturales de la región, al brindar un significativo aporte energético que posibilitará la radicación de nuevas industrias en una zona que hasta ahora fue eminentemente agropecuaria.”
1986. Una de las situaciones difíciles para Belén y que afectó mucho en lo laboral fue el cierre del ingenio azucarero y agroindustrial “El Espinillar” de Ancap que dejó a centenares de personas sin trabajo que en época de zafra tenían asegurado su jornal de tres a cinco meses, dejando solamente a los efectivos cobrando los sueldos en sus casas. Todo era pasado, ya no se daba aquel movimiento de camiones trasladando a los trabajadores de madrugada. Ya no se oían las conversaciones de los “Peludos” en las paradas. “La situación es compleja e insostenible y las pérdidas son mayúsculas”, según dijeron las autoridades, por eso se tomó tal decisión.
La represa de Salto Grande genera hoy una importante cantidad de megavatios por hora y abastece de electricidad a gran parte del país, dando ganancias importantes y es orgullo de las autoridades. Los pobladores de Belén se habían ilusionado en su momento con que tendrían el beneficio de una tarifa diferencial, más barata, de la electricidad y hoy la pagan igual que los barrios más lujosos de Montevideo y Punta del este.
Este cambio que produjo el lago de la represa nos ha hecho un daño brutal, un gran perjuicio a la población de Belén y a la zona. El efecto negativo que produjo la actividad humana es incalculable, un fenómeno natural catastrófico como en éste caso, la pérdida de superficie de hábitat natural, entre otros; técnicamente, la alteración de la base ambiental, todo en nombre del progreso
En fin, todo cambia para bien del país….Ahora, ¿Qué hay de la gente del pueblo?
Belenense destacada:
Jacinta Balbela de Delgue

Jacinta Balbela nació en Belén -su padre era belenense y propietario de un comercio en la localidad- el 29 de setiembre de 1919. Se graduó como abogada en 1945, ingresó al Poder Judicial en 1952 como Jueza de Paz y en 1960 fue ascendida a Jueza Letrada en el departamento de Salto. En 1967, pasó a la ciudad de Las Piedras, Canelones y en 1968, a Jueza en lo Penal en Montevideo. En 1973 ascendió al cargo de ministra del Tibunal de Apelaciones en lo Penal de Primer Turno, cargo en el que permaneció por 12 años. Durante los años de 1972 a 1976, presidió la Asociación de Magistrados del Uruguay.
Estuvo casada con el Dr. Juan María Delgue, entre 1915 y 1981, de cuyo matrimonio tuvo dos hijos.
Tras la restauración de la democracia el 15 de marzo de 1985, fue nombrada por la Asamblea General, ministra de la Suprema Corte de Justicia, órgano máximo del Poder Judicial. Fue la segunda mujer en ocupar un cargo en dicho cuerpo y la primera en hacerlo durante un período democrático. Ocupó la presidencia durante 1987, período en el que tuvo que fallar en uno de los temas que más división ha causado en la historia reciente del país, la ley de caducidad a cuya institucionalidad se opuso.
Cesó en su cargo como ministra, en setiembre de 1989 al cumplir los setenta años de edad, tal como lo establece la constitución.
En 1990 obtuvo por concurso, el cargo de Co-Directora del Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas, para la Prevención del Delito, cargo que ejerció junto al destacado penalista argentino Eugenio Raúl Zaffaroni.
Escribió numerosos artículos sobre temas jurídicos, fundamentalmente respecto a derecho penal, derechos humanos y derecho de familia. Impulsó proyectos de capacitación en materia penal, participó en numerosos seminarios, congresos, talleres y brindó conferencias, tanto en Uruguay como en el exterior.
Al cumplirse los 175 años de la fundación del pueblo, fue declarada “Hija dilecta de Belén”, el 14 de marzo de 1976.
Desde 1995 integró la organización no gubernamental de lucha contra la corrupción: “Uruguay Transparente”, filial de “Transparencia Internacional”, ejerciendo la presidencia tras su fundación; integró además el Patronato de Encarcelados y Liberados y fue miembro asesor de la Fundación Chamangá, destinada a la promoción de becas para el desarrollo profesional o técnico, para jóvenes carentes de recursos económicos.
En su larga trayectoria profesional fue galardonada en numerosas ocasiones, tanto en el país como en el extranjero.
A los 88 años de edad, falleció en Montevideo el 20 de octubre de 2007 y sus restos yacen en el Cementerio del Norte.
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Chacras de Belén
Yacuy

En la zona conocida como Chacras de Belén, se encuentra el Paraje Yacuy, ubicado sobre el Arroyo de igual nombre, que constituye el límite con el departamento de Artigas; se accede desde la localidad de Belén por la Ruta 3 vieja.
Yacuy: (guaraní) de yacú, pavo montés, faisán, e î, agua. (Anselmo Jover Peralta, Guarinismos en la Banda Oriental).
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Una escuela excepcional

La Escuela Nº 74 de Yacuy, muy poco conocida, es un caso excepcional en el país, ya que además de poseer un paisaje extraordinario, con espléndida vista al Río Uruguay, confluyen allí tres firmas de primer nivel: Eladio Dieste, porque suyo es el plano del edificio, Carlos Páez Vilaró, porque en el salón principal un mural de su autoría ocupa la totalidad de una pared y Guido Castillo, pues integrado al cuadro se encuentra la frase suya: “El campo, viejo y niño, es siempre inocente y sabio”.
Actualmente, la Dirección la ejerce la maestra Priscila Erburo.
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Centro Poblado Turístico
Termas del Arapey

Centro Poblado Turístico ubicado en el Noroeste del departamento, a orillas del Río Arapey Grande, 80 kilómetros al norte de la capital departamental.
Arapey: De aguapé, camalote, victoria regia, e iagua: río de los camalotes. O de arapé, meseta, e î, río.Arapey significa en guaraní río de los camalotes.
Es el centro de aguas termales más antiguo del país y es considerado como uno de las más importantes de la región.

El agua termal procede del acuífero Guaraní y su temperatura promedio ronda los 38º C, lo que constituye un atractivo turístico que convoca visitantes de Uruguay, Argentina, Brasil y en menor medida de otros destinos. Abarca una importante oferta de alojamiento, hoteles, moteles, bungalows y zona de camping, que van hasta la categorización de 5 estrellas. Su localización hace posible que año tras año, y especialmente en semana de turismo, feriado de carnaval y vacaciones de invierno, arribe al centro un importante contingente de personas que hacen de este centro uno de los principales destinos turísticos a nivel del país. Anualmente reciben más de 150.000 turistas

Población
Existe una población estable de 256 habitantes, siendo oportuno destacar que se ha constituido en una importante fuente laboral para los pobladores de Belén y aunque en menor medida, también de Villa Constitución.
Evolución demográfica
1975 |
1985 |
1996 |
2004 |
337 |
632 |
543 |
256 |
Fuente: INE
Origen e historia
Inician su desarrollo en torno a pozos de aguas termales surgidos tras las prospecciones fallidas en busca de hidrocarburos realizadas en el año 1935. Los trabajos de exploración petrolífera alumbran las aguas termales del litoral en el pozo Arapey. De este modo inicia el camino hacia el desarrollo de los centros termales de los departamentos de Salto y Paysandú, actualmente convertidas en un importante centro turístico de la región.

Declaradas de interés turístico nacional en enero de 1968, dos años después son punto de partida para la firma de un convenio entre la Intendencia Municipal de Salto y la entonces empresa interdepartamental de transportes ONDA, por la que se establece por parte de la última el compromiso de la construcción de un conjunto de moteles y servicios anexos, los que son habilitados al uso público el 10 diciembre de 1973.
En diciembre de 1971, comienza la bituminización del camino que une la ruta nacional Nº 3 con el centro termal.
En marzo de 1979, se realiza la bituminización de sus calles internas, hecho vinculado a importantes gestiones realizadas por el Dr. Carlos Rodríguez Iribarne, a partir de las que el Municipio pudo recuperar el núcleo central de Termas.

En 1981 un importante aporte, que jerarquizará la zona se da a partir de la inauguración del Hotel Termas del Arapey, a la vez que se inicia la construcción de un cine, locales para ANTEL, comercios y farmacia. En agosto de 1989, se inaugura el servicio de telediscado telefónico, lo que permitirá una más fluida comunicación.
Actualmente, posee numerosos complejos con piscinas cerradas y al aire libre, rodeados de jardines que le aportan una inconfundible belleza natural, todo enmarcado por las costas del río Arapey que ofrece un flanco más para el disfrute de los deportes náuticos y la pesca.

En la última década ha crecido notoriamente el turismo europeo y norteamericano lo que se ha visto propiciado por la radicación de hoteles cinco estrellas y una importante mejora en las vías de transporte.
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El Cuartel de Arapey
En el año 1879, el Piquete de Caballería, comandado por el Capitán José Villar, se establece en el Paso de la Laguna, sobre el río Arapey. Tras la incorporación de personal, dicho Piquete es denominado 1er. Escuadrón de Caballería (Mayo, 1880) y posteriormente Regimiento 1° de Caballería (octubre de 1889).
A raíz de las inundaciones, el Regimiento debió cambiar la ubicación de su campamento en varias oportunidades hasta que en el año 1885 en un campo que había pertenecido a Don Encerenciano Santana, se inicia la construcción de un cuartel cuyo diseño y obra estuvo a cargo del Sr. Jorge Emilio Schiarini. Construido de material, el cuartel contaba con alojamiento para el Cuerpo de Oficiales y el personal de tropa, depósito de víveres, municiones y equipos, botica y enfermería.
En marzo de 1886, se ubica en el edificio el Jefe del Regimiento, Sargento Mayor José Villar, permaneciendo hasta el año 1903. Posteriormente el cuartel queda sin unidad de guarnición hasta fines del año 1908, cuando se organiza el Destacamento de Caballería del Arapey. El mismo será la base sobre la que el 1° de abril de 1910 se crea el Regimiento de Caballería N° 10, que permanecerá con ese nombre hasta febrero de 1921 cuando se lo denomina Regimiento “Atanasildo Súarez “ de Caballería N° 6. En junio de 1930 se traslada a la ciudad de Artigas.
Durante el período 1930-1934, el Cuartel queda nuevamente sin unidad de guarnición hasta que en el año 1935 regresa el Regimiento "Atanasildo Suárez" de Caballería N° 6, por un período de tres años.
En enero de 1938, el Regimiento de Caballería N° 9 releva al N° 6, permaneciendo en el Cuartel del Arapey hasta el mes de julio, año en que retorna el Regimiento “Atanasildo Suárez” de Caballería N° 6. Esta unidad permanece en el mismo hasta marzo de 1947, año en que se traslada a Montevideo.
Atendiendo, a que en ese Cuartel siempre estuvieron de guarnición unidades del Arma de Caballería, con fecha 15 de enero de 1987, se procedió a inaugurar en sus instalaciones el Museo del Arma de Caballería. En el mismo se pueden apreciar ambientaciones a la usanza de los distintos aspectos de la vida de un Regimiento de Caballería. También se exhibe material iconográfico de las actuales unidades así como uniformes y equipos típicos del Arma de Caballería.
Estanislao Silva
Dicen que es el lugar de sepultura del Soldado Estanislao Silva, quien fuera ejecutado en el año 1903 por una sentencia de pena de muerte ante una conducta delictiva grave, que entre las versiones podría ser robo, lesiones u homicidio.
Lo que el imaginario colectivo refiere, indica que en una misión de recorrida, el soldado habría dado muerte a un camarada de armas por desavenencias personales, ocultando el cadáver, al regresar solo de la misión, informó a la superioridad que su compañero había desertado huyendo hacia la frontera.
Tiempo después, en una noche de copas y ebriedad, tal vez el peso de la conciencia ante el delito cometido, le hizo confesar el hecho, siendo denunciado a la fuerza militar.
Es así que Estanislao Silva fue detenido, guiando a sus pares al lugar donde se encontraba enterrado el cadáver de su compañero. Consecuentemente fue privado de libertad y enjuiciado, recibiendo como sentencia la pena de muerte por fusilamiento en un paredón.
Ese paredón podría formar parte de una cancha de frontón adyacente al local que hoy ocupa el Museo del Arma de Caballería en el corazón de Termas.
Está allí la tumba, donde sobre una piedra puede apreciarse la leyenda “Víctima de su error”.
Se hace referencia al fusilamiento de este soldado ya que en el año 1903 durante la presidencia de José Batlle y Ordóñez, se plantea la abolición de la pena de muerte para nuestro país, por lo que se ha prestado a confusiones y muchas veces se cree que la ejecución de este soldado sería ilegal. Esto desde el punto de vista histórico es erróneo dado que aconteció en el año 1903 y la pena de muerte se abolió por Ley Nº 3238 el 23 de Septiembre de 1907, durante la presidencia de Claudio Williman por lo que resulta claro que estaba vigente cuando sucedieron los hechos.
Cien años de educación pública en Termas del Arapey
Por Rosario Gularte
Corría el año 1875 y en las costas del Arapey acampaban soldados del ejército Nacional en número importante, hasta que en 1886 se afinca en forma definitiva en un moderno edificio, mientras el país entraba en los primeros movimientos revolucionarios entre blancos y colorados.
A pesar de los momentos difíciles que se vivía, la zona no se detenía. La llegada del ferrocarril comienza a transformar la región del Arapey, especialmente las proximidades de la laguna.
Un galpón empleado como granero se convertirá en un cómodo local escolar por iniciativa del coronel Sebastián Castillo. Escuela a la que asisten en sus comienzos, no menos de setenta niños y que dirige la Srta. Violeta Arrieta según acta de inauguración, que a continuación se transcribe:
“8 de octubre de 1914.
En el día de la fecha y ante una numerosa concurrencia procede a la inauguración de la Escuela Rural N° 26, la que por el momento funciona en un local provisorio cedido por el Sr. Jefe de Regimiento de Caballería N°10 Coronel Don Sebastián Castillo hasta que se construya el nuevo local proyectado. Oí posesión del cargo a la maestra nombrada Srta. Violeta Arrieta, la que hasta el momento ha matriculado cuarenta y dos niños. Oí a la Srta. maestra las instrucciones necesarias para la mejor organización y distribución de las clases.
Quien firma el acta es el Sr. José Pla y Mafé como Inspector Departamental.”
En sus comienzos la escuela contaba únicamente con preparatorio y primero atendiendo a niños del radio escolar en su mayoría analfabetos, al finalizar el mes contaba con setenta y seis inscriptos.
En diciembre del año 1932 la escuela se traslada a Colonia Osimani y Llerena.
El 13 de marzo de 1933, inicia las clases la Escuela Volante N° 58 por traslado desde Barrio Garibaldi a Paso de la Laguna del Arapey según consta en libro diario de la época.
Aquí se quedó definitivamente.
Distinguidas personalidades ejercieron docencia en esta casa, entre las que podemos citar a Julia Ugartemendía, Josefa Dolores de Fuente, Amanda Zás de Isabella, Amelia Gaudín, Teresita Díaz de Guerra y Ramón J. Vinci, quién fuera años más tarde Intendente de Salto.
En la actualidad la institución cuenta con treinta y cuatro alumnos atendidos por los docentes Jorge de Souza y Ana Clara Rivero bajo la Dirección de la Mtra. Rosario Gularte, supervisados por los inspectores Mercedes Curti y Ramón Rosconi y la valiosa colaboración de la Sra. Sandra Heredia auxiliar y cocinera, la Comisión Fomento Escolar y Consejo de Participación, Equipo colectivo docente de Colonia Escolar N° 118, los departamento de Turismo, Servicios Públicos y Relaciones Públicas de Intendencia de Salto, Policía Comunitaria, empresas locales y vecinos en general.
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Recuerdos
por Samuel Sitrín
Corría el año 1933, cuando un inmigrante europeo llegó a esta tierra y se instaló con su esposa e hijos aquí a pocas cuadras de este hoy, centro termal.
En aquel entonces esta zona se denominaba campamento Arapey.
Don Marcos Sitrín hizo construir una casa con techo de chapas de zinc y paredes de madera de monte y barro adobado.
Allí instaló su hogar, y un comercio de ramos generales, el que va lentamente sirviendo de abastecimiento a los vecinos, a los miembros del cuartel Atanasildo Suárez, de caballería Nº 6 y a los funcionarios del Instituto Geológico del Uruguay, quienes trabajaban en este sitio, procurando el hallazgo de petróleo.
El comercio de don Marcos Sitrin estaba cercano al río Arapey. Este río a veces crecía y obligaba a los vecinos a desplazarse de sus hogares.
Cuando el Arapey barre con todo
A fines del año 1936 en horas de la tarde el río Arapey estaba dentro de su cauce normal; pero grandes lluvias en la zona de Río Grande del Sur, República del Brasil produjeron un hecho inesperado. En horas de la madrugada don Marcos sintió unos fuertes golpes en el techo de su comercio, unos metros más debajo de su dormitorio, donde dormía con su familia.
Unas personas procedentes del Cuartel de Caballería, tripulando un bote de remos, estaban evacuando a los vecinos pues el río Arapey venía creciendo en forma vertiginosa y el agua estaba también ya penetrando en el dormitorio que era la parte más elevada de la casa.
Se imponía rapidez, no había tiempo que perder y mientras despertaba a los niños y ponía algunas ropas en los bolsos y valijas, doña Fany, esposa de don Marcos y madre de quien esto relata, con el agua casi a la cintura, cargaba a los niños en el bote que flotaba ya a la altura de las puertas y ventanas.
Doña Fany estaba embarazada, con una niña en su vientre de casi ocho meses.
El bote rápidamente se alejó con su tripulación y todos sus pasajeros. Fueron alojados en una habitación de la escuela rural Nº 58, de la cual don Marcos era presidente de la Comisión de Apoyo.

En ese entonces la directora de la escuela era doña Teresa Díaz de Guerra, maestra y directora de dicha escuela,.
Cuando a la mañana temprano, el sol radiante iluminaba la zona, todo se había transformado en un inmenso lago cubriendo comercio, casas de familia, como así también la de los vecinos que habitaban el lugar.
El saldo más lamentable
Como consecuencia de esta creciente, don Marcos no sólo perdió todos sus bienes materiales sino que también desgraciadamente su esposa (o sea mi madre) quedó paralítica de la cintura para abajo, perdiendo la sensibilidad y el uso total de sus piernas.
Trasladada de inmediato a la ciudad de Salto, vanos e infructuosos fueron los esfuerzos de los médicos y masajistas para devolverle el uso de sus piernas.
El 3 de febrero de 1940 nace Elena Sitrín, la que vino a ser la más pequeña y última hija de la descendencia de don Marcos Sitrín.
Doña Fany no pudo recuperar el uso de sus piernas.
El tiempo continuó su marcha inexorable.
En la noche del 5 de enero de 1948 como regalo de Reyes, en el Instituto Geológico del Uruguay trabajaban bajo las órdenes de don Benigno Alvarez, varios funcionarios: Acosta, Chairasco, Sosa y otro.
De una torre de hierro de gran altura, pendía de una roldana, instalada en su parte más alta, un cable grueso de acero. En la parte inferior un trépano con uñas de acero se introducía en el pozo que estaban construyendo estas personas.
El trépano subía y bajaba en forma acompasada golpeando y horadando el fondo del pozo, que ya estaba a más de 1.400 metros de profundidad. Pasada la medianoche, el trépano que taladraba una roca negra de gran dureza en el fondo del pozo, rompe la parte inferior de la roca, un potente chorro de agua caliente arrastrando cantidad de pequeños trozos de piedra y arena negra se elevó de improviso con gran potencia, a gran altura dentro de la torre de hierro.
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¡Petróleo! ¡Petróleo!…
Al grito de ¡petróleo!, ¡petróleo!, pasado el primer momento de estupor, los funcionarios pretendieron detener el chorro intenso que arrastraba restos de piedra y arena negra, que al chocar contra las paredes de la torre de hierro, producían un gran ruido y estrépito.
Vanos fueron los esfuerzos de los funcionarios para detener esa columna de agua caliente (ya solamente agua pero de alta temperatura y presión).
Recién en horas de la mañana, pueden conectar un codo de hierro, que guía el agua hacia el lado del Río Arapey, que se halla a pocos metros de distancia.
En horas de la tarde funcionarios, que eran clientes del comercio de don Marcos Sitrín y que iban todas las tardes a tomar un copetín o cerveza, narraron a mi padre y a quien esto escribe, que escucharon con gran admiración y ojos asombrados. Los funcionarios describieron a mi padre con lujo de detalles las alternativas de este hecho, que por supuesto era el tema obligado de Arapey y toda la población.
Fueron llegando personalidades, estudiosos, etc. de Salto y de Montevideo.
De los análisis del agua caliente se indicó que poseía yodo, algo de radioactividad y otros elementos.
A los pocos días le sugirieron a mi padre que sería de gran utilidad construir una piscina para uso de los vecinos, con el agua caliente que fluía copiosamente.
Don Marcos entusiasmado con la idea, todo lo que era para beneficio de la comunidad era siempre apoyado por la iniciativa y cooperación de don Marcos.
Hizo llegar de Salto cemento Pórtland, varillas de hierro, caños para barandas y escalera, y con la cooperación de personal del cuartel se construyó una piscina que tenía una parte profunda de aproximadamente 1,40 metros para los mayores y una para los niños de 0,60 centímetros de profundidad, separadas ambas por una reja y baranda de hierro.
Fue esa la primera piscina que se construyó a la que posteriormente se le agregaron vestuarios para damas y hombres, alrededor, piso de hormigón y bancos también de hormigón.
La emotiva rehabilitación
Esta piscina era utilizada por todos los vecinos, funcionarios del Instituto Geológico del Uruguay y personal del cuartel.
También todas las mañanas transportábamos a mi madre en una jardinera, carrito de dos ruedas (tirado por un burrito blanco), para que ella ingresara sus piernas al agua caliente.
Después de unas semanas, mi madre indicó que sentía algo así como un cosquilleo en la punta de los pies y lentamente fue recuperando la sensibilidad y movimiento de las piernas.
A fines de 1941, mi madre caminaba por sus propios medios y ya al año siguiente se desplazaba y corría sin inconveniente por todo el patio de su casa.
Esa fue la primera piscina, la que se mantuvo intacta por muchos años.
Esa primera piscina fue el comienzo, de lo que hoy es este importante centro termal y de turismo de Arapey.
Narrada así, con hechos verídicos, con nombres y apellidos de personas que a través del tiempo, fueron viviendo y palpando dicho desarrollo.
Probablemente los nietos, bisnietos y demás descendientes de don Marcos Sitrín vean, conozcan y disfruten el progreso, que estas termas traen y traerán: turismo, salud y bienestar en los años venideros.
(Samuel Sitrin, “Salteño recuerda emotiva rehabilitación de su madre en la Termas del Arapey”, “Diario El Pueblo, 11 de marzo de 2012.)
Las Termas del Arapey
De todo lo que afirmo y lo que digo el Instituto Geológico da fe. En grutas de milagros ha surgido esta fuente termal del Arapey.
Dicen que anduvo aquí un duendecillo de esos de mal traer, con unas herramientas caprichosas, con tridente y alquimias en burdel.
Se detuvo de pronto en estas piedras Y dio ttres golpecitos con los pies. Al punto desde el centro de la tierra surgió cálida el agua de beber, con 39 grados al termómetro y en millones de litros a granel. ……………………………..
(José A. Murga, Salto, el hombre y el paisaje, Salo, 1956.)
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Termas de Arapey
Por Washington A. Muñoz
El nombre
El origen del nombre ARAPEY, no se ha conseguido desentrañar claramente, circulan en ese sentido varias versiones. Una de ellas atribuye en principio a una derivación del nombre "ARAPÉ" quien era un cacique que poseía sus dominios en la zona comprendida entre el río Arapey y su afluente el Arapey Chico, agregándole el sufijo "I" que en guaraní significa: agua, corriente de agua, río, de allí derivaría la voz Arapey que tendría como significado " Agua que baña los dominios del cacique Arapé. Otra versión indica de diferente manera, el significado, estableciendo que dicho nombre deriva de "ARAPÉ - 1". Arapé, árbol espinoso e I río, de dónde se desprende que Arapey sería: "río de aquellos árboles", "río de árboles espinosos" o "río de los Arapé".
Origen
A fines del año 1940, siendo Jefe del Regimiento de Caballería N° 6 "Atanasildo Suárez" el Mayor Tulio A. Farias, el Instituto Geológico Geográfico y con la intervención del Ministerio de Obras Públicas, realizó perforaciones que alcanzaron la profundidad de 550 mts. En las primeras horas del día 6 de enero de 1941 surge el primer chorro de agua termal, dónde ahora está situada la casilla de la surgente, el chorro original se elevaba 100 mts. y caía en el medio del cauce del Arapey.
Desde el año 1947 en que la Unidad se retira definitivamente del cuartel de Termas del Arapey, comienzan las gestiones de un grupo de personalidades salteñas ante el Presidente de la República y el Ministerio de Defensa, contando con el apoyo de la Intendencia para que las 433 has. pasasen a ser explotadas por la comuna salteña. Posteriormente así aconteció, el Ministerio de Defensa cedió las 433 has. a la comuna salteña para que las explotase en el área turística, recibiendo a cambio un campo en la zona de Itapebí, manteniendo el predio dónde están asentados el Museo del Arma de Caballería y la Colonia Vacacional del Centro Militar.
Museo Militar

Construcción que data del año 1885, diseñada por el Sr. Jorge Buist, padre del que fuera Gral. Guillermo Buist, quién también dirigió las obras de construcción, las que estuvieron a cargo del Sr. Emilio Schiarini. Asentamiento desde 1886 hasta el 20 de marzo de 1947 de los distintos Regimientos de Caballería en nuestra zona.

Túmulo al soldado fusilado
Allí yace el soldado Estanislao Silva del Regimiento N° 1 de Caballería con asiento en Paso de la Laguna en aquella época (hoy Termas del Arapey) quién fuera el último ciudadano fusilado en el Uruguay. En el transcurso del año 1891, Silva dio muerte en la Picada Ricardiño al Sargento Pedro Rivero para robarle un dinero. Una noche en medio de una pesadilla confesó su crimen. Fue sometido a Consejo de Guerra, esperando sentencia en el calabozo del Cuartel hasta 1902, fecha en que se dio la orden de ejecución. El 27 de junio de 1903, bajo el gobierno de Don José Batlle y Ordoñez, este presenta un proyecto abolicionista de la pena de muerte, convertida en Ley el 23 de setiembre de 1907 en el gobierno de su sucesor Dr. Claudio Williman. En el período 1946-1947 y siendo Jefe del Regimiento "Atanasildo Suárez de Caballería N° 6 con asiento en Termas del Arapey el Tte. Cnel. Ambrosio Islas ordena al Sgto. 1° Víctor Pereira Dos Santos realizar un túmulo en el lugar dónde hoy se encuentra, éste le ordena a su vez a Mario Sánchez Pikere, quien era albañil y trabajaba la piedra, la confección del mismo. Para ello grabó las palabras "VICTIMA DE SU ERROR" en una piedra de la vereda del cuartel, luego fue retirada y colocada en el lugar del fusilamiento.

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Puente del Ferrocarril
(Atracción Histórica)
Al promulgarse el 27 de agosto de 1884 la Ley que establecía el trazado general de las líneas de ferrocarriles en toda la República, ya se había concluido el puente ferroviario sobre el río Arapey.

El mismo se ajusta a la siguiente descripción: Tres tramos con barandas de hierro labrado de 130 pies de largo y columnas de chapas de hierro labradas y remachadas rellenas con betún o concreto, su altura es de 60 pies. La parte norte del puente la forma un viaducto de 18 tramos de 42' 6' cada uno. Extensión total del puente, 1155 pies.

Los ojos muertos del tío Pedro
hablaban de una bárbara tradición
Fue en la estancia del Gral. Villar en Arapey
La región norte de nuestro país, en las vecindades del Brasil, fue fecunda en figuras de bárbaro relieve. El apartamiento en que vivió por largos años, el marco agreste de campos y montes, la posibilidad de escapar a la acción de las autoridades, que a la existencia aventurera y casi siempre delictuosa ofrecía la geografía fronteriza, generaron esa floración de individualidades, de cuyos hechos y hazañas está llena hoy la tradición oral de la zona.
En el Arapey Grande
Tío Pedro personificó en su dramático destino, la historia del norte, sombreada de horrores.
Apareció un día en la que fuera estancia del Gral. Villar, en campos regados por el Arapey Grande.
Estaba totalmente ciego; los ojos mostraban huellas de haber sido muertos a fuego.
La generosidad del dueño de casa y de los hombres que le servían, se hizo cargo del negro. Le condujeron a una vieja herrería de la estancia, que desde entonces hasta el fin de sus días, sirvió de alojamiento al recién llegado.
Tío Pedro –así se le bautizó vista la resistencia del hombre a proporcionar detalles relacionados con su nacionalidad, procedencia etc.- contaba una historia sobrecogedora , de la que arrancaban su martirio y su infortunio.
Había sido contratado por el propietario de un cargamento de monedas de oro, joyas, etc., conducido de Brasil para ser escondido en nuestro territorio y hurtado a la codicia de quienes aprovechaban las frecuentes perturbaciones armadas del vecino país, para perpetrar el robo y el bandidaje en sus formas más brutales.
Tío Pedro cumplió el trabajo encomendado pero el dueño del tesoro quiso asegurarse contra el riesgo de posibles delaciones, en cuanto al lugar escogido para enterrar la áurea mercancía.
Con el alambre, puesto al rojo vivo, quemó hasta la ceguera, los ojos del negro. Así, jamás el infeliz podría conducir a persona alguna hasta el escondite de joyas y monedas, por la imposibilidad de reconocer el terreno.
Consumado el sacrificio, el infortunado fue puesto en libertad. Y así, enloquecido por la tremenda mutilación, vagó por los campos hasta llegar a la estancia del Gral. Villar. En la estancia vivó cuarenta o cincuenta años y en la misma murió.
La relación del Tío Pedro, unida a otras referencias llegadas por ignorados conductos, dieron nacimiento a la leyenda de la Isla del Gato Negro. Allí en esa isla, ubicada en las proximidades del Chatre, había sido sepultado el tesoro, cuya custodia se confiara al personaje de esta historia.
Quien de los numerosos visitantes de la estancia del Gral. Villar –encumbrados militares, hombres de gobierno, periodistas y literatos- no conoció al Tío Pedro y no recogió de sus labios –venciendo el arisco mutismo en que fue cayendo en los últimos años por su vejez y su desdicha- la historia que sumariamente hemos traducido en esta nota.
(Revista del Bicentenario, Salto 1956.)
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