Pueden llegar desde lejos
las cartas los pájaros las flores
y quedarse en el bolsillo izquierdo
de la camisa
pueden
borronearse con rojo
sumar latidos a su concierto
o desbordar como una herida
por algún ojal.
Apenas un ala ya es el aire
medio pájaro
nube
ángel
espejo donde entramos todos
es decir
vos y yo mirándonos
mientras siguen estallando rosas
a nuestro lado
por entrar en el espejo
en la nube
en el ángel
en la mitad de un pájaro.
El cuerpo de tiza aquel perfumado
como un pañuelo
el perfume nunca del cuerpo
sino del aire aquel
que nos volvía prohibidos
el cuello que le faltó un pañuelo
y pude morder
tu cuerpo aquel de dieciocho años de golpe a golpes madurado
y yo culpable.
De lo profundo del vino
que está en la copa
empieza a nacer tu cara
la copa es un animal preñado
gime
y nada hasta lo profundo
de mi boca.
Voy por la pierna izquierda
que es esta calle
está acostada y levanta un brazo
de la mano nacen cruces
una paloma y un campanario
en la rodilla doblo
camino hacia el sexo
y advierto que entré en el río
hasta la cintura.
Jorge Pignataro
Nació en Salto en 1982. Profesor de Literatura.
Es autor de los libros de poesía Poblar el aire (Ediciones Aldebarán, Salto, 2003) y Más azul que los peces (Ediciones Aldebarán, 2007). Fue autor -junto a Estela Rodríguez Lisasola- de Nomenclátor de Salto (Aldebarán, Salto, 2006). Está incluido en las antologías Los nombres del cuento y Poesía del Litoral. Dirige una página cultural en el diario El Pueblo y una audición radial Tiempo de cultura en Radio Libertadores. Es uno de los directores de la revista literaria bi mensual La Piedra Alta, hasta el presente con tres números editados.