Taller Horacio Quiroga

METEOROLOGIA

Mis ojos nublados

son el reflejo del pronóstico del día.

Es jueves y no espero

que el reloj muera intoxicado

sobre la pared recién pintada de recuerdos.

 

El día es cobarde, la mañana es lenta

y todavía

conservo una lágrima

en el frasco vacío del café

que intenta escapar cada vez que pestañeo.

 

El pronóstico no cambia,

y en esta cadena de días nublados

solo espero

que la lágrima se evapore.

 

DESCANSO

Me tomaré vacaciones
y me iré lejos.

Dejaré la rutina atrás
y ya,

no me levantaré a las ocho,
ni siquiera me lavaré la cara,

veré el día a través de mis ojos sucios

de sueños.

 

Me resistiré a correr las cortinas
y abrir las ventanas.
Mataré al pájaro del reloj
y lo enterraré bajo las azucenas.

No me importará si el café se enfría
solitario sobre la mesa.

La cama quedará revuelta
llena de pesadillas inconclusas
y hundida
de las vueltas perturbadoras de la noche.
Simplemente me iré
y ni siquiera pondré llave.

 

INSOMNIO

Últimamente las noches

se están poniendo difíciles.

 

Ya no sirve

contar las ovejas sacrificadas

ni los corazones rotos desangrados.

 

Los surcos alrededor de mis labios

(que aun no sé si son arrugas

o partes propias de mi rostro),

se congelan

y en sus espacios

queda tu nombre guardado

con sus letras perdidas

en mi cuerpo.

 

ANOTACION

No olvides que te espero

con las piernas

colgadas del horizonte

con el café de todas las mañanas

y el malhumor de algunos días.

 

No olvides que sigo aquí

en la misma dirección

desde hace algunos años.

Quizás te asombre

que el llamador ya no este en la puerta

pero igualmente puedes entrar a mis ojos

y recorrerlos

 

 

No olvides

(aunque pierdas la memoria

en la hondura de otra mirada).

 

Inventario

Tengo

varios libros en blanco de tanto leerlos
unos ojos miopes llenos de letras
y vacíos de miradas.
Una tarde de lluvia con regalo
y un abrazo.
Una hoja de otoño, una rosa y una fresia.
Una habitación en ruinas
con un silencio que me esquiva
y una soledad que me busca.

Una brújula vieja que solo marca el este
y el camino para encontrarte.
Un espejo que no me reconoce
y algunas arrugas nuevas en el corazón

tengo.

Es toda mi herencia, te la dejo.

Pero me llevo la brújula.

 

LA TARDE

Fue la tarde

más larga y silenciosa.

 

Ya no estaban

los gorriones en la tropera

mientras la lluvia

les inundaba el nido.

 

El viento se coló entre mis sábanas

y alrededor se volvió invierno.

 

Guarde las horas interminables,

y el eco de las conversaciones

en la mesa de luz.

 

Y luego…


Pensé en ti.

 

Alejandra Guglielmone

Naciò en Salto en 1976. Ha publicado varios textos en el semanario Sol y Luna

       
 

 

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