LIBROS

LUIS BRAVO:
“ESCRITURAS VISIONARIAS”
Premios Fondos Concursables 2007

ESCRITURAS VISIONARIAS

 

MAROSA DI GIORGIO Y LEONARDO GARET ENTRELOSGRANDESMAESTROS IBEROAMERICANOS


Esribe José L. Guarino

“Escrituras visionarias” (Ensayos sobre literaturas iberoamericanas), es un iluminador trabajo de definición de las características de la literatura visionaria que rastrea y ejemplifica en la obra de un grupo de consagrados creadores literarios de primer nivel en la literatura de lengua portuguesa y española, no solo europeos, sino del sur latinoamericano, concretamente de Brasil, Chile y Uruguay y que incluye a dos entrañables salteños, Marosa di Giorgio y Leonardo Garet.
Su autor, Luis Bravo, es profesor de Lengua Española, autor de varios poemarios, entre los que destaco: “Horizonte mudo”, “Puesto encima el corazón en llamas”, “Claraboya sos la luna”, “Lluvia”, “Gabardina a la sombra del laúd”, “Naturaleza fugitiva”, “La sombra es el arco” También escribió los ensayos: “Utópicos, visionarios y otras huellas del compromiso poético”, “Nómades y prófugos/estéticas literarias en tránsito”- Es columnista de “Brecha”. Ha ejercido el periodismo cultural y crítica de espectáculos. Ha colaborado en revistas de Brasil, Cuba, Argentina, Canadá, España y Suecia. Ha sido galardonado en repetidas oportunidades en nuestro país y en el extranjero. .
En “Escrituras visionarias” se desplaza, por el difícil andarivel de una corriente que hunde sus raíces en el movimiento romántico desde sus primeros momentos, en Inglaterra, donde lucen los nombres de Blake, Wordsworth, Keats. En la Alemania de Holderlin y Novalis. Atraviesa triunfante el soplo simbolista preanunciado por Baudelaire y Poë, e impulsado por Rimbaud, Mallarmé, Verlaine, Lautréamont, entre otros, y toma en el siglo XX el vigoroso aliento definitivo con el surrealismo tan presente aún en las letras actuales.
De los autores seleccionados como paradigma, aparece en primer lugar Eça de Queirós, (1845 – 1900) , de quien analiza : “Las fantásticas estrategias del Diablo”. Es que el escritor portugués luego de su período romántico- fantasista y del parnasiano-decadente, se introdujo en lo exótico, lo visionario, lo fantástico, a partir de “O Mandarín”, publicada en 1880, y desde entonces el “signum diáboli” se convierte en el hilo conductor de su narrativa, que toma un nuevo derrotero literario
El segundo trabajo del libro está dedicado a Joaquín María Machado de Assís, (1839 y 1908), que aquí es estudiado a través de “Las memorias póstumas de Blas Cubas”, novela publicada en 1881. Blas Cubas es un difunto que escribe desde la muerte, por lo que sus memorias son doblemente fantásticas, por ser libro escrito en el otro mundo, y por ser publicado en este, sin que tenga el lector ningún tipo de explicación sobre el particular.

El tercer análisis está dedicado a otro escritor portugués, Fernando Pessoa (1888-1935), que escribió utilizando varios nombres para expresar dramáticamente las conflictivas personalidades que convivían en su alma. Después de su muerte comenzaron a ser ampliamente leídas y elogiadas sus obras, poemas y ensayos literarios. Alvaro de Campos, Alberto Caeiro, Bernardo Soares, Antonio Mora, Rafael Baldaya, son algunos de los heterónimos, en quienes Pessoa vivió como un nómade que fue de uno a otro.

Alvaro de Campos, un heterónimo del “no ser” de Pessoa compone en 1928 el poema “Tabaquería”, en cuya decodificación se detiene este trabajo.
En el ensayo siguiente, Luis Bravo desarrolla un antológico trabajo de literatura comparada titulado “A orillas del hemisferio de las aguas”, tomando el
Canto Primero de “Los Cantos de Maldoror” del Conde de Lautréamont donde el poeta uru-franco saluda el “Viejo Océano·, y “Monumento al mar” del poeta chileno Vicente Huidobro, que escribe su poema, una vez superada su etapa de corifeo del creacionismo.
Luis Bravo transita por ambos poemas, señalando las concordancias y diferencias en ambas creaciones, sustanciadas en la inmensidad, la potencia, la belleza, la permanencia en el tiempo, de la imponente masa acuosa que alterna como el hombre y la humanidad, sus estallidos y sus periodos de calma. Los dos escritos contraponen la soberbia grandiosidad del mar y la pequeñez humana; pero aquél, también como el hombre prorrumpe en acentos desgarradores y lucha contra sus cadenas, como la humanidad y el hombre llora y se rebela contra sus limitaciones.
Posteriormente bajo el título “Luz en la boca”, se detiene en los textos de “Poemas de la consumación”, del poeta español de la Generación del 27 Vicente Aleixandre, seleccionando “Como Moisés es el viejo”, del que realiza un ajustado análisis del poema como tal, tanto como de la figura del legislador y prohombre religioso, convertido en un médium y escriba de la sabiduría divina, que escribió en el Sinaí las leyes dictadas por la divinidad, de cuyo cumplimiento por parte de aquella muchedumbre que se iba convirtiendo en pueblo, cuidó en el trayecto hasta el monte Nebo desde cuya cumbre vio desde lejos la tierra prometida.
De inmediato en el libro se suceden cuatro estudios sobre otros tantos autores uruguayos: Armonía Somers, Marosa di Giorgio, Leonardo Garet y Julio Inverso.
“Tríptico de la rama dorada”, se denomina el ensayo dedicado a Armonía Somers, en el que se relacionan sucesos de su biografía de llamativa vinculación con su destino tanto vital como literario, a través de un repaso de su obra, con especial énfasis en “El hacedor de girasoles/ tríptico para un hombre ciego”, libro definido por el ensayista como legado y contraseña, en el sentido de que este libro, compuesto por tres relatos, es un adiós , preparado con todo cuidado, consciente de su muerte inminente, que tuvo lugar en Montevideo el 1º de marzo de 1994. Pero también en esas narraciones, aporta claves, como soluciones que para los lectores llegaran desde la otra vida, para la fiel interpretación de su obra, que transcurre dentro de lo onírico, lo metafísico y lo testimonial, “Todos debatiéndose en la frontera entre vida y muerte, entre lo ficcional y lo biográfico”.
El trabajo sobre Julio Inverso, arroja luz sobre un autor poco conocido aún, de breve vida (Montevideo 1963-1999), autor de cuatro libros de poemas en los cuales, al decir de Luis Bravo que le dedica un ensayo titulado “Tiniebla y resplandor”, “escurrió su impronta de visionario en algunos versos sublimes, de esos que espantan con deleite”.
Publicó en vida en la década de los 90 cuatro poemarios: “Falsas criaturas”,(1992), “Agua salvaje” (1995) “Milibares de la tormenta” (1996) y “Más lecciones para caminar por Londres” (1999). Libros póstumos: “Cielo genital” , (2001), “Diario de un agonizante y Vidas suntuosas” (2004) y “Traje de noche y otros salmos para vestir la luz” (2006).

Y aún me permito, antes de referirme a los dos exponentes salteños, aludir al análisis que cierra el libro, y que recomiendo por lo novedoso, por lo aún poco tratado por la crítica, y se refiere a la denominada “poesía-ciber”, El ensayo se titula “La maravilla simultánea: escritura/lectura”, dado que en dicha técnica el texto parece ser escrito a medida que el lector lo va leyendo. Y toma como ejemplo de esta literatura que solo se concreta en la pantalla, a Alma Pérez, seudónimo de la poeta Tina Escaja, oriunda de Zaragoza, donde nació en 1965

En este grupo selecto de creadores literarios universales, Luis Bravo incluye a Marosa di Giorgio y Leonardo Garet. Unidos por una amistad a toda prueba, por una vocación literaria irrenunciable, por una creación sostenida y trascendente, por una continuada realización de proyectos culturales en común, creo que no es casualidad, que aparezcan juntos, en este libro, como juntos recorrieron gran parte de su trayectoria cultural y literaria.
Luis Bravo titula el ensayo sobre Marosa :“Lecturas herme(néu)ticas del Códice “Los papeles salvajes”.
“Los papeles salvajes” fue el título colectivo, elegido por la misma poeta para congregar sus libros ya publicados.
La palabra códice (del latín “codex”) se refiere a los manuscritos antiguos, anteriores a la invención de la imprenta. Explica Luis Bravo, que la palabra se conjuga con la irrenunciable conducta de Marosa de escribir su vasta obra en letra manuscrita, pero además, por parecerse a los milenarios códices cosmogónicos , porque los hechos parecen ocurrir al tiempo que se narran.
La hermenéutica es el arte de interpretar los textos, especialmente los escritos sagrados. Pero la lectura también permite la palabra “herméticas” (Lecturas herméticas), es decir impenetrables, cerradas en su sentido, y accesible solo para iniciados. En el caso de Marosa, su abundante simbología, y alusiones a mitos de variadas culturas, permiten un fascinante trabajo de interpretación por parte de los críticos. Y es precisamente lo que realiza Luis Bravo con este análisis, iluminando con su mirada crítica los títulos de la vasta obra de la poeta, sin perder de vista la totalidad. Pues, como se ha dicho, la obra de Marosa crece como un árbol en sucesivas ramas generadas de un mismo tronco, desde el primero al último de los poemarios. . Desde el inicial “Poemas” aparecen los tópicos que desarrollarán sus libros posteriores. Con escasas modificaciones, en las sucesivas ediciones, como lo demuestra Garet en “El milagro incesante- Vida y Obra de Marosa di Giorgio”. Ciertamente poco trabajo tendrá la denominada crítica de las variantes, sostenida en el pasado por Gianfranco Contini y Giuseppe de Robertis, respecto a la obra de Marosa. Su creación fue intuitiva y pasional, cercana, si no coincidente, con el punto de vista de la “intuición lírica” de la estética de Croce.
Esta poetisa salteña, es vista en este ensayo, desde sus vivencias y visiones, como figura testigo que mientras “visiona” describe y/o narra los acontecimientos desde la aproximación a lo mítico y lo fantástico. Luis Bravo persigue en la obra de la poeta el denominado “maravilloso negro”, zona híbrida entre lo feérico y lo fantástico, lúcidamente demostrado por nuestro ensayista en diversos pasajes de la obra marosiana, en la que se combinan realidad y fantasía, la concreto y lo visionario, y donde lo real aparece permanentemente iluminado por su imaginación y sus recuerdos.
Luis Bravo discurre por los poemas y libros de Marosa, estableciendo la armonía entre las diversas partes de su transición creadora, libros y poemas son como columnas, vigas, y demás elementos arquitectónicos que dan en su trabazón, consistencia y sentido a su mensaje. Y se cierra con un ajustado análisis de “Flor de Lis”, como “canto del cisne”, es decir como despedida, en la que a modo de conciente cierre de su destino poético, condensa su mensaje diseminado en las obras anteriores y deja como testamento algunas claves indispensables para la decodificación de sus códices.
Inmediatamente del análisis dedicado a Marosa, sigue el correspondiente a Leonardo Garet. El título de este trabajo es “LA ESCRITURA Y EL SUEÑO” (La Lectura onírica en la obra de Leonardo Garet).

Poeta, narrador, crítico, ensayista, pero además, docente, incansable trabajador de la cultura, animador y guía en sus talleres literarios, se ha constituido en la más importante figura cultural en este Salto de los últimos tiempos. Pronto para alentar cualquier proyecto noble y elevado, como centinela de la cultura, sin más rechazos que a los indiferentes, a los superficiales, o a los que creen que vuelan alto en las ancas de Clavileño. Salteño destacado, que desde su tierra se hizo conocer, no solo en su país, sino en el continente, y otros más lejanos. Sus viajes a Europa y a Oriente, lo van convirtiendo en un ciudadano del mundo.
“80 noches y un sueño”, en donde Garet expresa que “El sueño es un viaje maravilloso que te permite conocer regiones a las que sin él nunca llegarías” (2 El Tren),es el libro sobre el que Luis Bravo fundamenta su análisis de elementos también presentes en otros libros suyos: “Los hombres del fuego”, “Los hombres del agua”, “Las hojas de par en par”, “Anabákoros”, por ejemplo. Este ensayo se detiene en las claves del universo ficcional y lírico de Garet , y en ese “trasvase de los procesos de lectura-escritura que –como dice nuestro ensayista- el vaso comunicante del sueño lleva a visionarios recorridos”.
Interesado siempre por los grandes enigmas del mundo y del hombre, y de los mitos que a su modo han tratado de explicarlos, Garet, ha convertido el manantial de su imaginación en un surtidor de fascinantes narraciones, que aluden a los mitos de los principios (Los hombres del fuego –Los hombres del agua), o a los que se refieren al final, cuando el hombre haya destruido su propia civilización (La Casa del Juglar).
En la introducción a su libro “80 noches y un sueño” Garet expresa: “deseo que se entre al libro como a la noche: con todas las incertidumbres. Y que se pueda recibir alguna iluminación”. Ya no estamos solos para ello.
Luis Bravo nos acompaña con la antorcha de su análisis crítico, en ese transitar por los caminos de los textos de Leonardo Garet. Y descifrar entre la niebla de los sueños, las escrituras leídas en las hojas de los árboles, en las rocas milenarias de las civilizaciones antiguas, arropadas con los símbolos de la Kábala, grabadas a filo de punzón en las tablillas cuneiformes, que el poeta rescribe con la eternidad de la palabra, con su sublime polisemia , que surge del magma de los sueños con la riqueza de sus múltiples posibilidades interpretativas.
Así como el gran Florentino tuvo en el Poeta Mantuano el guía que lo introdujo en los vedados secretos del más allá, en este libro el crítico Luis Bravo nos interna y conduce en los intrincados laberintos de la creación literaria de este privilegiado grupo de visionarios de la literatura universal.

       
 

 

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